De Cenicienta a Reina de Terrasen: cómo evolucionó Trono de Cristal

En esta entrada exploramos cómo Sarah J. Maas transformó su historia adolescente en una de las sagas más ambiciosas del género, y cómo los triángulos amorosos y personajes principales fueron cambiando hasta dar forma a la Aelin que conocemos hoy.

ATENCIÓN ESTE POST CONTIENE SPOILERS DE TODA LA SAGA

Sarah J. Maas empezó Trono de Cristal cuando era adolescente (tenía unos 16 años) y, efectivamente, la idea inicial nació como un retelling oscuro de La Cenicienta.

En lugar de una muchacha sumisa, imaginó a una asesina que acudía al baile no para conquistar al príncipe, sino para matarlo. De ahí surgió Celaena Sardothien (el nombre original de Aelin antes de revelarse su identidad).

Con el paso de los años, la historia se fue alejando mucho de esa inspiración inicial, pero las raíces del “cuento de hadas distorsionado” siguen notándose en el tono de los primeros libros.

Sobre los personajes de Trono de Cristal y el triángulo amoroso

• Dorian fue concebido originalmente como el interés romántico principal.
• Chaol se introdujo después, precisamente, para crear tensión romántica y dar más profundidad al desarrollo emocional de Celaena/Aelin.
• En los primeros borradores, sí: todo apuntaba a que Celaena acabaría con Dorian, no con Rowan (que ni existía todavía).

De hecho, Sarah J. Maas comentó en entrevistas antiguas que Rowan Whitethorn fue una incorporación tardía, pensada cuando ya estaba planeando expandir la saga de Trono de Cristal y conectar el arco de Aelin con otros reinos y personajes.

Fue ahí cuando el tono de la historia se volvió más épico y político (y menos “romance de corte”).

Así que sí, en los borradores iniciales y versiones prepublicación, Celaena probablemente habría terminado con Dorian. Pero al madurar la autora y complejizar el mundo, Rowan surgió como una evolución natural del personaje de Aelin, más acorde con su crecimiento y el tipo de vínculo que Maas quería explorar.

De fanfic a fenómeno literario: la metamorfosis de Trono de Cristal

Ahora, te cuento cómo fue la evolución, paso a paso, porque la historia de cómo Trono de Cristal se transformó de un fanfic adolescente en una de las sagas de fantasía más queridas es casi tan interesante como la trama misma.

1️⃣ Los orígenes: el retelling oscuro de Cenicienta (2002–2007)

Sarah J. Maas escribió los primeros capítulos con 16 años, inspirada por la música del Cisne Blanco de Tchaikovsky.

La idea base:

“¿Y si Cenicienta no fuera una chica buena, sino una asesina que planea matar al príncipe durante el baile?”

El tono era gótico, sombrío y más romántico que épico.

La protagonista se llamaba Celaena Sardothien, una asesina encarcelada en las minas de Endovier.

El príncipe Dorian Havilliard era su interés romántico principal, y el capitán Chaol Westfall surgió poco después como contraparte seria, leal y moralmente recta.

En esos primeros borradores, Celaena y Dorian compartían una química más clásica de “opuestos que se atraen” (él noble y soñador, ella sarcástica y peligrosa). El final original que Maas imaginaba era una historia de redención y amor con Dorian, no con nadie más.

2️⃣ Las revisiones y el triángulo amoroso (2008–2011)

Cuando el proyecto empezó a ganar atención en FictionPress (donde Maas lo publicó en línea bajo el título Queen of Glass), los lectores se enamoraron de los tres protagonistas.

A raíz de eso, Maas reforzó el triángulo Celaena–Chaol–Dorian, buscando un equilibrio entre lo romántico y lo heroico.

Durante esta etapa:

• Dorian era el “príncipe rebelde con corazón noble”.
• Chaol era el “guardián honorable que reprime sus sentimientos”.
• Celaena oscilaba entre ambos, mostrando sus dos facetas: la asesina y la joven vulnerable.

En los planes iniciales (antes de que Bloomsbury comprara la saga), Celaena probablemente habría terminado con Dorian, aunque no hay manuscrito publicado que lo confirme.

3️⃣ La publicación oficial y el cambio de tono (2012–2013)

Cuando Bloomsbury firmó el contrato y comenzó la edición profesional, Maas reestructuró gran parte del mundo.

El enfoque pasó de una historia romántica a una saga de fantasía política y mágica más amplia, con múltiples libros planeados.

En Trono de Cristal (2012) y Corona de Medianoche (2013) todavía se percibe el triángulo.

Pero al cerrar el segundo libro, Maas ya sabía que Aelin tenía una identidad secreta y que su historia no se limitaría a Rifthold.

Chaol empezó a representar su “vida pasada” y Dorian su inocencia perdida.

4️⃣ La llegada de Rowan y el renacimiento de Aelin (2014–2015)

Mientras escribía Heredera de Fuego, Maas sintió que Aelin (ya revelada como heredera de Terrasen) necesitaba un vínculo distinto: no romántico al principio, sino de igual a igual.

Así nació Rowan Whitethorn, un personaje que no existía en ningún borrador anterior.

Rowan fue concebido para mostrar otra cara de Aelin: la reina, la guerrera, la superviviente.

La relación entre ellos evolucionó lentamente, casi como una amistad platónica que con el tiempo se volvió íntima y épica.

En palabras de Maas:

“No podía imaginar a Aelin terminando con alguien que no la entendiera en su totalidad. Y Rowan lo hacía.”

Ahí es donde el arco romántico dio un giro definitivo: Dorian y Chaol quedaron como vínculos emocionales del pasado, y Rowan se convirtió en su compañero de vida y de guerra.

5️⃣ El resultado final: de cuento oscuro a epopeya épica

Así que sí:

• Trono de Cristal nació como un retelling oscuro de Cenicienta.
• Dorian era el final planeado originalmente.
• Chaol fue añadido para complejizar la dinámica.
• Rowan apareció años después, cuando la historia se expandió a un universo más grande.

El cambio refleja también el crecimiento de Maas como autora: empezó escribiendo sobre amor juvenil y terminó explorando trauma, poder, redención y propósito.

Por qué Trono de Cristal sigue conquistando corazones

La evolución de Trono de Cristal es, en cierto modo, un reflejo del propio crecimiento de Sarah J. Maas. Lo que empezó como un retelling adolescente terminó siendo una historia de reinas, heridas y segundas oportunidades.

El paso de Dorian a Chaol y, finalmente, a Rowan no fue solo un cambio de pareja, sino una metáfora del propio viaje de Aelin: de la inocencia a la lealtad, y de la lealtad al amor maduro y libre.

Y quizás por eso, dos décadas después, esta saga sigue hechizando a miles de lectores, porque en el fondo, todos tenemos un poco de Celaena aprendiendo a convertirse en Aelin.